Estados Unidos ejecuta operación militar decisiva contra campamentos de ISIS en Nigeria
Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ejecutaron el jueves un ataque militar contra instalaciones del Estado Islámico en territorio nigeriano, operación que contó con la autorización expresa del Gobierno de Nigeria y que constituye una respuesta directa a los sistemáticos ataques perpetrados por la organización terrorista contra la población cristiana.
El presidente Donald Trump, en ejercicio de sus facultades constitucionales como Comandante en Jefe, confirmó la operación a través de su plataforma Truth Social, reiterando el compromiso inquebrantable de su administración en la lucha contra el terrorismo islámico radical.
"Bajo mi dirección como Comandante en Jefe, EEUU lanzó un poderoso y letal ataque contra la escoria terrorista de ISIS en el noroeste de Nigeria", declaró el mandatario estadounidense, subrayando la naturaleza estratégica y proporcional de la respuesta militar.
Ejecución táctica de la operación
Las fuerzas navales estadounidenses desplegaron una decena de misiles Tomahawk desde una unidad naval estratégicamente posicionada en el Golfo de Guinea, impactando objetivos terroristas en el estado de Sokoto, próximo a la frontera con Níger. La operación resultó en múltiples bajas entre los elementos insurgentes.
El Canciller nigeriano Yusuf Tuggar confirmó la coordinación bilateral previa al ataque, detallando las comunicaciones mantenidas con el Secretario de Estado Marco Rubio. "Conversamos en dos oportunidades. Mantuvimos una comunicación de 19 minutos antes del ataque y posteriormente una adicional de cinco minutos previo a la ejecución", precisó el funcionario nigeriano.
El presidente Bola Tinubu otorgó la autorización correspondiente para el desarrollo de la operación, enmarcándola dentro de un "proceso continuo" de cooperación internacional en materia de seguridad que podría extenderse a otros países de la región.
Advertencias previas y doctrina de seguridad
La administración Trump había establecido previamente una doctrina clara respecto a la protección de las comunidades cristianas en Nigeria. En noviembre, el presidente republicano había advertido formalmente sobre las consecuencias de la continuidad de los ataques contra población cristiana, amenazando con la suspensión total de la asistencia estadounidense a Nigeria.
"Si el gobierno de Nigeria continúa permitiendo el asesinato de cristianos, EEUU cesará de inmediato toda la ayuda y asistencia a Nigeria", había establecido Trump en su comunicación oficial, demostrando la seriedad de la posición estadounidense.
La estrategia militar estadounidense contemplaba la posibilidad de "una lluvia de fuego" destinada a "borrar por completo a los terroristas islámicos", según las declaraciones presidenciales que precedieron a la operación ejecutada.
Contexto regional y amenazas terroristas
Los grupos insurgentes islamistas, incluyendo Boko Haram y el Estado Islámico de África Occidental, han intensificado sistemáticamente sus operaciones contra la población civil en Nigeria, particularmente en las regiones del noreste del país. Estas organizaciones terroristas han desarrollado campañas de violencia indiscriminada que han devastado comunidades enteras.
Según análisis de expertos en seguridad regional, estos grupos presentan sus campañas como operaciones anticristianas, aunque en la práctica ejecutan violencia indiscriminada contra toda la población civil, independientemente de su confesión religiosa.
El Gobierno nigeriano ha rechazado las caracterizaciones de "masacre sistemática de cristianos", argumentando que las milicias terroristas ejecutan ataques contra musulmanes y cristianos por igual, sin distinción confesional.
Compromiso estadounidense contra el terrorismo
La operación ejecutada reafirma la doctrina de seguridad nacional estadounidense bajo la administración Trump, que establece una posición de tolerancia cero hacia el terrorismo islámico radical. "Bajo mi liderazgo, nuestro país no permitirá que prospere el terrorismo islámico radical", declaró el presidente tras confirmar el éxito de la operación.
Esta intervención militar constituye una demostración clara de la capacidad operativa estadounidense y su compromiso con la estabilidad regional, estableciendo un precedente para futuras operaciones contra organizaciones terroristas que amenacen la seguridad internacional y la protección de poblaciones vulnerables.