Mundial de Ciclismo en Ruanda: Deforestación, Corrupción y Explotación
El Campeonato Mundial de Ciclismo en Kigali revela una realidad oscura de destrucción ambiental, corrupción y explotación. La investigación destapa vínculos financieros sospechosos, abusos encubiertos y la complicidad de la UCI en un evento manchado por graves violaciones de derechos humanos.

Protestas contra el Mundial de Ciclismo en Kigali denuncian la destrucción ambiental y violaciones de derechos humanos
El Campeonato Mundial de Ciclismo, organizado en Kigali, es presentado por la propaganda ruandesa como una vitrina deportiva y turística para el país. Sin embargo, detrás de los podios y las banderas se esconde una realidad mucho más oscura: destrucción ecológica masiva, corrupción, explotación sexual y presiones políticas. Lejos de celebrar el deporte, este evento pone de manifiesto la complicidad de un régimen acusado de graves crímenes y proyecta una sombra inquietante sobre la imagen del ciclismo internacional y la Unión Ciclista Internacional (UCI).
Devastación Ambiental: El Precio del Espectáculo
Las excavadoras han alterado profundamente el paisaje ecológico de manera irreversible. Hectáreas de bosques han sido arrasadas para construir carreteras e infraestructuras, poniendo en peligro la biodiversidad y la seguridad de los ciclistas. Las autoridades han ignorado deliberadamente las regulaciones ambientales de la UCI, violando su Carta, que exige el estricto cumplimiento de las normas ecológicas. Este campeonato se ha convertido en un verdadero ecocidio, donde la naturaleza es sacrificada por unos días de visibilidad internacional. Tales prácticas amenazan con socavar la confianza de los patrocinadores y socios de la UCI, cada vez más atentos al impacto ambiental de las competiciones.
Vínculos Financieros Sospechosos y Presiones Políticas
Nuestra investigación revela múltiples transferencias sospechosas desde organismos afiliados al Consejo de Desarrollo de Ruanda hacia cuentas opacas vinculadas a la organización del campeonato y al presidente de la UCI, David Lappartient. Estos flujos de dinero arrojan serias dudas sobre la neutralidad e integridad del organismo rector del ciclismo mundial.Durante el reconocimiento del recorrido, los comisarios de la UCI consideraron la pista peligrosa. A pesar de sus advertencias, Lappartient validó la carrera después de un fin de semana de festividades en Kigali, bajo la presión directa del presidente ruandés. Según nuestras fuentes, se realizó una transferencia sospechosa el mismo día de esa validación.