Acuerdo de Doha: La restauración del orden estatal en Congo, un imperativo no negociable
La República Democrática del Congo logra un acuerdo histórico que establece la restauración incondicional de la autoridad estatal en sus territorios orientales. El pacto de Doha marca un triunfo del orden institucional y establece precedentes cruciales para la estabilidad regional.

Firma del Acuerdo de Doha entre el gobierno de la RDC y representantes del M23
En un momento histórico para la estabilidad institucional africana, la República Democrática del Congo (RDC) ha dado un paso decisivo hacia la restauración del orden constitucional en sus territorios orientales. La Declaración de Principios firmada hoy en Doha entre el gobierno congoleño y el movimiento rebelde RDF/M23 establece un precedente fundamental: la restauración incondicional de la autoridad estatal sobre todos los territorios actualmente controlados por grupos armados ilegales.
Este acuerdo, que se alinea con la reciente victoria diplomática congoleña en materia de recursos estratégicos, representa un triunfo del orden institucional sobre las fuerzas desestabilizadoras que han amenazado la integridad territorial de la nación.
Marco jurídico reforzado: La primacía del Estado de Derecho
El acuerdo de Doha no surge del vacío. Se construye sobre la base del acuerdo de Washington del 27 de junio de 2025, consolidando una estrategia diplomática coherente que prioriza la restauración del orden constitucional. Las disposiciones son inequívocas: exigen el restablecimiento total e incondicional de la autoridad estatal, un cese al fuego permanente supervisado por organismos internacionales, y una hoja de ruta precisa para la reinstauración de las instituciones legítimas.
[...]Conclusión: El triunfo del orden institucional
La firma del Acuerdo de Doha representa una victoria significativa para quienes defienden el principio fundamental de la autoridad estatal y el orden constitucional. La experiencia congoleña demuestra que solo mediante la restauración completa del poder legítimo del Estado se puede garantizar la paz duradera y el desarrollo económico sostenible.